Una visita a la Reserva de Vida Silvestre El Jicarito, Choluteca, en búsqueda del Jabirú y aves playeras.

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Carlos Sanguinetti

Autor: Carlos Sanguinetti.

El Jabirú siempre ha representado, ya desde mi niñez sudamericana, un icono de nuestra naturaleza. Habiendo llegado tarde en la vida a la actividad de avistamiento de aves, nunca había tenido la oportunidad de observarlo. Hasta el muy reciente sábado 7 de septiembre.

Las alertas de eBird me habían informado de los registros de Jabiru (Jabiru mycteria) en la Reserva de Vida Silvestre El Jicarito, que se ubica en la planicie costera del Golfo de Fonseca, en el extremo sur de Honduras. Así que cuando el presidente de Aves Honduras, Oliver Komar, me participó de su intención de realizar una breve gira hacia ese lugar no dudé en sumarme.

El motivo principal de la gira fue participar en un «Big Day de Aves Playeras» a nivel hemisférico, organizado por personal de Manomet, una institución de Estados Unidos (localizada en Manomet, Massachusetts) que apoya la investigación y conservación de aves, y en especial, aves playeras. Además, Manomet ha sido un donante del programa de Aves Honduras durante más de 10 años, apoyando el Censo Centroamericano de Aves Acuáticas y varias investigaciones de aves playeras en la zona del Golfo de Fonseca. Manomet también es la sede de la oficina de la Red Hesmisférica de Reservas de Aves Playeras.

Una bandada de Gaviotín Pico Grueso, en la Reserva de Vida Silvestre El Jicarito, descansando sobre el mismo hábitat ocupado por varias especies de aves playeras. Foto O. Komar.

En 2023, con colaboración de Manomet, CODDEFFAGOLF y Aves Honduras, el ICF anunció la creación de la primera reserva de importancia regional para aves playeras en Honduras. Su nombre es la Reserva de Aves Playeras de Importancia Regional «Sistema Punta Condega-El Jicarito». La Reserva de Vida Silvestre El Jicarito forma su extremo oriental y es una parte clave de este sistema más grande.

El trayecto hacia la Reserva consume, desde Tegucigalpa, unas tres horas y 45 minutos en vehículo. Desde la ciudad de Choluteca, son unos 50 minutos. Una vez en destino, se presentan dos entradas: la Entrada Principal (Calle Sur) y la del Calle Norte, ambas separadas pero muy cercanas. Los dos caminos presentan una estructura similar pues, luego de la puerta de entrada en la que hay que anunciarse, transcurren bordeando lagunas de invierno hasta llegar a zonas de manglar y luego, entradas de camaroneras. Pesca artesanal y camarones, acorde con el formar parte de la zona costera del Golfo de Fonseca, constituyen las actividades principales del sitio.

La Reserva de Vida Silvestre El Jicarito. Foto por Lorena Rosales de Komar.

En medio de las calles sur y norte, y a lo largo del camino entre portones, se desarrolla el área protegida: un hábitat de lagunas de invierno constituido por humedales con pastizales y pequeños espacios de árboles bajos. Invertimos unas dos horas de observación en cada una de las calles, y registramos nuestras observaciones en listas publicadas en la plataforma de eBird. En estas enlaces para la calle sur o principal, y la calle norte, se encuentran las especies de aves observadas y las fotografías que la documentaron.

No fue difícil encontrar a los Jabirú. Y fueron avistados en ambas calles. Su gran tamaño, el collar rojo de su cuello, la cabeza y pico negros así como un cuerpo blanco contrastante lo hacen inconfundible. La distancia con la que fueron observados conspiró contra la obtención de fotos con mayor detalle o calidad. Aún así, fueron disfrutados con alegría conjuntamente con las casi 60 especies -típicas del hábitat- logradas en el recorrido.

Un Jabirú en vuelo con cigüeñas. Foto por O. Komar, Choluteca, Honduras, diciembre 2015.

El ave más destacada de la gira fue, sin embargo, el Playero Pecho Ocre (Calidris subruficollis, o Buff-breasted Sandpiper en inglés). Para denotar su significancia alcanza con señalar que constituyó el primer avistamiento de esta especie en Honduras para el Dr. Komar. Lejos para lograr buenas fotos, sin embargo, al menos un par de ejemplares pudieron ser observados durante un largo tiempo. Eso facilitó, junto al indudable conocimiento del Dr. Komar, el poder ir apreciando sus principales rasgos distintivos. Su tranquilo caminar entre la vegetación más corta del humedal, apenas desapareciendo para volver a emerger segundos después, favoreció su identificación. Así lo describe el Dr. en el reporte de eBird: “Cabeza pequeña y redondeada sobre cuello alargado. Marrón amarillento (beige, agrego) pálido tanto su cuello, cara, pecho como partes inferiores. Ojo negro grande con anillo ocular pálido…” Luego agrega “patas amarillas brillantes se hicieron visibles”.

Se observó una familia de Carpintero Lomo Rayado en los manglares, una especialidad de la región del Golfo de Fonseca. Foto: O. Komar.

Por la tarde, y ya de regreso, hicimos una breve parada en la Salinera Santa Alejandra, en el departamento de Valle, un sitio pegado a la carretera con acceso a los manglares y unos estanques con buenas oportunidades de estudiar aves playeras y acuáticas. Allí se pudieron apreciar dos especies extrañamente ausentes del recorrido por El Jicarito: Espátula Rosada (Platalea ajaja o Roseate Spoonbill en inglés) e Ibis Blanco (Eudocimus albus o White Ibis en inglés). También, además de otras 23 especies observadas, se mostraron los Chorlito Picudo (Anarhynchus wilsonia o Wilson´s Plover en inglés) que aparentemente han tomado la salinera como sitio de anidación.

Oliver Komar, izquierda, y el autor, derecha, registrando aves en la Salinera Santa Alejandra. Foto por Lorena Rosales de Komar.

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