Por Diana Barrientos.
La fascinación por las aves y el gusto por el arte resultan en una combinación poderosa, acercando a las personas de todas las edades a la apreciación y deseo de conservarlas a en su estado silvestre; esto lo pudimos comprobar en nuestro primer taller de dibujo realizado durante el encuentro de miembros y asamblea general celebrado en Siguatepeque del 1 al 3 de marzo de 2024.
El taller fue desarrollado en el jardín-terraza de Restaurante El Edén. Los participantes tuvieron la oportunidad de recibir una charla introductoria al dibujo básico de aves, después de la cual cada uno procedió a realizar el dibujo de un ave de su elección. Mientras el grupo dibujaba, compartían sus experiencias relacionadas a sus avistamientos, sus aves favoritas y los detalles que más resaltaban en éstas: Figura básica, proporciones, postura, tipo de pico, tipo de patas, color del plumaje, etc.
¿De qué manera el dibujo se relaciona con la observación de aves?
Históricamente los primeros naturalistas (muchos de ellos pioneros de la ornitología) dependían del dibujo como método de registro, puesto que en aquellas épocas no se contaba con cámaras fotográficas.
Hoy en día, dibujar aves es una actividad recreativa y una herramienta de aprendizaje, que nos hace conectar con la naturaleza de una manera única; pues al dibujar, se recogen detalles precisos a partir de la observación. Y tratándose de aves, este recurso artístico contribuye al conocimiento científico y a la comprensión de su anatomía, ecología y comportamiento.
Y por supuesto, no podemos dejar de resaltar la utilidad de las ilustraciones o dibujos que se encuentran en diversas guías de campo y libros de estudio, pues el dibujo es un formato visual que ofrece detalles únicos.
Recuerda que dibujar aves es una oportunidad para explorar la belleza de la naturaleza y desarrollar tus habilidades artísticas. ¡Anímate a plasmar la diversidad y majestuosidad de estas criaturas en tus obras!
Dibujar requiere parar, mirar, dibujar requiere tiempo. Y hay algo que ocurre cuando dibujamos una planta, una piedra, un árbol, un rostro humano, o un ave, lo comprendemos mejor y en el camino, hemos disfrutado de un tiempo precioso en el que hemos dialogado con aquello que dibujamos.
-Francisco José Hernández. Ilustrador, pintor naturalista y biólogo.
