Nota: John van Dort, miembro de Aves Honduras, ha liderado la participación hondureña del Proyecto de Aves Playeras Migratorias desde su inicio en 2014. La mayoría de los conteos han sido llevados a cabo por él y Roselvy Juárez, quien es también miembro de Aves Honduras, con asistencia de campo ocasional de otros miembros de Aves Honduras como Roberto Downing, Oliver Komar, Mayron Mejía y Fabiola Rodríguez.
El Proyecto de Aves Playeras Migratorias, o MSP por sus siglas en inglés, es un proyecto que estudia las aves playeras de la ruta migratoria del Pacífico, desde Alaska hasta Chile, durante la temporada no reproductiva. Es el proyecto más grande de su tipo y se lleva a cabo cada año entre el 15 de enero y el 15 de febrero en 13 países a lo largo de la costa del Pacífico de las Américas, con docenas de organizaciones no gubernamentales (ONG) y cientos de observadores participando. Honduras ha sido parte de este proyecto desde 2014, con un total de 22 sitios de campo, 18 de los cuales han sido monitoreados cada año (Fig. 2).
Las aves playeras son las especies del orden Charadriiformes, y en Honduras están representadas por miembros de 6 familias: Burhinidae (alcaravanes), Recurvirostridae (avocetas), Haematopodidae (ostreros), Charadriidae (chorlitos), Jacanidae (jacanas) y Scolopacidae (playeros). Existen otras dos familias en este orden que también se encuentran en Honduras, pero por lo general no se consideran aves playeras, a pesar de que a menudo se ven cerca de la playa: Stercorariidae (págalos) y Laridae (gaviotas).
La mayoría de las aves playeras que invernan en el Neotrópico se reproducen en el Ártico y migran distancias considerables a sus zonas no reproductivas en Centro y Suramérica. Si bien algunas especies de aves playeras están aumentando, muchas están en declive. Un estudio reciente encontró que, en Estados Unidos y Canadá, donde casi todas estas aves playeras migratorias de Norteamérica se reproducen, las poblaciones de aves playeras han disminuido en un 37% en los últimos 50 años (Rosenberg et al. 2019). En todo el mundo, el 45% de las poblaciones de aves playeras del Ártico están disminuyendo, mientras que en la Ruta Pacífica de las Américas, el 11% de las especies demuestran disminuciones a largo plazo, el 46% tienen tendencias poblacionales desconocidas y el 43% son estables (Senner et al. 2016).
Dado que las aves playeras viajan distancias tan grandes entre los sitios de reproducción y de no reproducción cada año y pasan más tiempo en las áreas de no reproducción, tiene sentido estudiar estas aves durante el período de no reproducción. También son más fáciles de estudiar en estos sitios, en comparación con sus breves veranos en las remotas zonas de reproducción en el Ártico. Ahí es donde entra en juego el proyecto MSP. Este proyecto lleva a cabo conteos anuales de aves playeras en muchos sitios claves en la ruta migratoria del Pacífico, para determinar no solo las tendencias a lo largo de los años, sino también averiguar qué hábitats son más importantes, en qué hábitats las especies muestran las disminuciones más fuertes, dónde y cómo enfocar nuestros esfuerzos de conservación para revertir estas tendencias decrecientes.
Para poder hacer comparaciones y tener una idea precisa de las tendencias, es importante que los mismos sitios sean censados año tras año. No solo eso; estos sitios también deben ser censados durante la misma temporada y bajo las mismas condiciones de marea cada año. Después de todo, la mayoría de las aves playeras viven vidas altamente dinámicas, alimentándose en marismas expuestas durante la marea baja para luego descansar en sitios más altos (en playas, salineras o granjas camaroneras) durante la marea alta. El mismo sitio puede estar lleno de aves por la mañana y tener pocas aves por la tarde, o viceversa. Esto a menudo hace que organizar los conteos sea un desafío logístico, pero es importante para el objetivo primordial del proyecto, que es hacer comparaciones a lo largo de los años y determinar las tendencias poblacionales.
Resultados en 2022
En 2022, logramos visitar 19 sitios de campo en el Golfo de Fonseca hondureño, donde contamos 16,122 individuos de 26 especies de aves playeras. Este representa 9% más que el año anterior, cuando visitamos un sitio menos y contamos 14,789 individuos de 27 especies de aves playeras. La especie más común era el Soldadito, con 1,426 individuos, aunque contabilizamos un grupo mixto de 8,636 Playerito Semipalmado/Occidental también—dos especies que a menudo ocurren en bandadas mixtas, y que son muy similares. En el proyecto intentamos la identificación a nivel de especie, pero con las aves playeras no siempre es posible, y en lugar de adivinar especies o proporción de especies en grupos mixtos, es mejor dejar la identificación hasta el nivel más preciso que la situación en el campo permite.
Echemos un vistazo más de cerca al Área Protegida Manejo de Hábitat/Especies La Berbería. Este es realmente uno de los mejores sitios para aves playeras y aves acuáticas en Honduras, pero debido a su ubicación relativamente remota, pocos observadores visitan este sitio. Desde Tegucigalpa, tarda unas 3.5 horas manejando para llegar allí. Las visitas a los humedales estacionales como La Berbería y El Jicarito pueden ser todo un éxito o un fracaso: a veces hay muchos miles de aves presentes, pero uno o dos meses después puede haber muy pocas aves. ¿Por qué? Todo tiene que ver con la presencia o ausencia de agua.
Variación de una temporada a otra
Las tierras bajas del Pacífico de Honduras se caracterizan por una larga estación seca, generalmente entre octubre/noviembre y mayo, cuando apenas cae una gota de lluvia. Durante la temporada de lluvias, los tres estanques que conforman el humedal La Berbería se llenan de agua. La temporada de lluvias coincide con la temporada de reproducción en el Ártico de muchas aves acuáticas y aves playeras migratorias, por lo que además de las residentes, a menudo no hay muchas aves acuáticas o aves playeras presentes entre mayo y agosto. En agosto y septiembre, regresan las primeras aves playeras, y un poco más tarde en el año, octubre y noviembre, regresan otras aves acuáticas como patos y pelícanos. La época ideal para observar aves en La Berbería y El Jicarito es entre octubre y enero, cuando hay suficiente agua presente para atraer a un gran número de aves playeras. Cuando la estación seca comienza en noviembre, los humedales estacionales como La Berbería y El Jicarito se secan gradualmente, y para febrero suelen estar tan secos que quedan pocas aves playeras o aves acuáticas.
A través de los años, los resultados de los sitios combinados han variado mucho, y también de los sitios individuales, como La Berbería. Por ejemplo, cuando visitamos La Berbería el 18 de enero de 2021, logramos contar 18,556 individuos de 69 especies. En nuestra siguiente visita, el 24 de marzo de 2021, cuando los niveles de agua eran mucho más bajos, solo encontramos 72 individuos de 20 especies. Este año, en la visita de 23 de enero de 2022, solo vimos 344 aves playeras de 11 especies, por un total de 1,077 aves de 53 especies (incluyendo otros grupos de aves). Ambas visitas eran de enero, pero los números eran muy diferentes.
Un destino importante para los Ostreros Americanos
Otro aspecto destacado del MSP este año incluye los Ostreros Americanos con anillos de color en Punta Condega. Investigadores que trabajan con la especie pusieron estos anillos a los polluelos en los sitios de anidación. La mayoría de los años vemos múltiples ostreros con anillos de color, especialmente en Punta Condega, pero a veces también en otros sitios. El código de color, las letras y los números en estos anillos, que se pueden leer en fotos y en el campo, nos ha enseñado que los ostreros americanos vienen de toda la costa este de Estados Unidos, desde Massachusetts hasta Florida, y migran al Golfo de Fonseca para pasar su época no reproductiva allí. Esta es una información importante que los conteos del MSP en Honduras, Nicaragua y El Salvador han sacado a la luz.
Este año, el proyecto celebra los primeros 10 años de colectar datos de abundancia para las aves playeras de la ruta pacífica de las Américas. Todos los datos del proyecto alimentan una base de datos manejado por Point Blue Conservation Science, en el Californian Avian Data Center (CADC), y también están disponibles en eBird. Los datos ya han contribuido al conocimiento de las aves playeras en el Neotrópico, por ejemplo en artículos sobre aves playeras en Colombia, y sobre la perturbación de aves playeras en México. En Honduras, los datos de este proyecto han contribuido a la nominación de un sitio para ser incluido en la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras.
Agradecimientos
Quiero agradecer a los observadores que nos han acompañado, a los manejadores de las camaroneras y salineras que nos han dado la bienvenida a sus sitios, específicamente a la Fa. Salazar (Salinera Santa Alejandra), Fa. Madrid (Salinera Sal y Mar), Fa. Corrales (Finca El Jiote), Jorge Manzanares (Finca Culmasal), José Mendoza (Finca El Chacalín), Rodolfo Ortíz (Finca La Ostia). Agradezco a los pescadores que nos han llevado a los sitios únicamente accesibles por lancha (Rigoberto Alvarado y compañeros), y finalmente a las ONG que han apoyado este proyecto (Point Blue Conservation Science, Calidris, Manomet), y a los donantes, US Forest Service y Environment and Climate Change Canada.
Literatura citada
Rosenberg KV, AM Dokter, PJ Blancher, JR Sauer, AC Smith, PA Smith, JC Stanton, A Panjabi, L Helft, M Parr, PP Marra. 2019. Decline of the North American avifauna. Science 366 (6461): 120–124.
Senner SE, BA Andres, HR Gates (Eds.). 2016. Pacific Americas shorebird conservation strategy. National Audubon Society, New York, New York, USA. Disponible en español en: https://www.pacificflywayshorebirds.org/es/recursos.