Colaborador principal: Mayron McKewy Mejía. hondurasbiologica@gmail.com; y colaboradores secundarios: Carlos Funes, Gilberto Flores-Walter y Karla Lara. Todos miembros activos de la Asociación Hondureña de Ornitología.
La idea de encontrar la mayor cantidad de especies de aves posibles en tan solo 24 horas, es una invitación a formar parte de algo divertido y entretenido, pero al mismo tiempo, es una puerta abierta para entender y valorar a estos emplumados animales, encontrándose con diferentes retos y oportunidades en los distintos ecosistemas donde convergen. Encontrar aves es una cosa, pero lograr identificarlas todas, es lo importante. Para muchos observadores, luego de varios años de estar cargando en su cuello un par de binoculares, darles nombre a las especies al observarlas, es meramente cuestión de segundos y sin presentar ningún problema. Así también, existirán algunas especies que los dejarán razonar un poco, pero esto en menor proporción. Y habrá a su vez, observadores que ven toda la experiencia de contar aves, como nueva e inspiradora.
Para lograr encontrar la mayor cantidad de especies de aves en un solo día, se necesita un plan antes de iniciar tan larga jornada. En otras palabras, es necesaria una estrategia de cómo se piensa utilizar tan cortísimo tiempo, para lograr visitar los distintos sitios. Esto es crucial, pues es en esta parte estratégica donde se puede estimar un número de especies a observar por lugar y por ende, un aproximado de la cantidad final de especies. Y si los cálculos no llenan las expectativas, hay tiempo de modificar la estrategia, e incluir otros lugares para visitar en el recorrido. Se sugiere también hacer un ejercicio previo de toda la ruta, si la logística lo permite, para así tener una idea más a fondo de cómo mejorar los tiempos o bien desestimar algunos sitios. Esto se puede hacer durante un “Honduran Big Day”, evento promovido por la Asociación Hondureña de Ornitología y que es mucho antes de un Global Big Day.
Los grupos con muchas personas, serán siempre difíciles de manejar, mucho más si se corre contra el reloj. En ocasiones, no todos los integrantes tendrán la misma capacidad de identificar aves tan rápido, por lo que puede ser abrumador para algunas personas el sólo oír nombres raros a cada rato y al final pueden perder interés y desanimar al resto del grupo. Si hay gran cantidad de personas para el gran día, lo más factible sería dividirse en grupos más pequeños y distribuyéndose en una zona determinada.
Una vez establecida la ruta, lo siguiente es pensar en suministros esenciales para ese día, como comidas y bebidas. No necesariamente se tiene que visitar restaurantes ostentosos, sino más bien lugares donde pueden servir una comida caliente y sustancial, en el menor tiempo posible. La otra opción es llevar comida fácil de preparar en el campo, sin muchos lujos, pero que satisfaga las necesidades de cada persona.
En los siguientes párrafos e imágenes, resumimos nuestra experiencia durante el Global Big Day del 5 de mayo de 2018.
Salida de Tegucigalpa
El día 4 de mayo de 2018, exactamente a las 14:38 nos dispusimos a emprender el duro viaje a La Muralla, conformando un equipo de cuatro integrantes, algunos miembros del Club de Observación de Aves Alzacuanes de Tegucigalpa. Decidimos alzar el vuelo con maletas y hieleras aseguradas en la parte trasera del vehículo. En el trayecto se pasó por el sitio de interés para la observación de aves “Campamento Fish Ponds”, donde se ha reportado anteriormente especies interesantes, como el Jabiru (Jabiru mycteria). Fue una pajareada corta, y sin ninguna novedad aparente, así que ni siquiera decidimos detenernos. Poco después cruzamos el Río Guayape y llegamos al desvío de Limones. No estamos seguro a qué municipio pertenece este punto en específico, pero inmediatamente ya estábamos en una carretera de tierra. Una hora con 20 minutos después llegamos al municipio de La Unión, donde el tiempo parece que se ha detenido. Todo luce igual a algunos años atrás. Una parada estratégica para ir al baño y comprar pollo frito. Diez minutos después continuamos el viaje, pues ya estábamos quedándonos sin luz solar. De La Unión al centro de visitantes de La Muralla hicimos 32 minutos y en todo el tramo de bosque de pino todavía se observan las secuelas de la plaga del gorgojo y algunos incendios activos. ¡Una gran pérdida, en verdad! Ya puestos en la tranca del centro de visitantes, éramos bienvenidos por don Pedro (Pedrito) y su hijo Naín Torres. Anclamos el vehículo y comenzamos a descargar las cosas que traíamos como equipo. Muchas cosas para ser solamente una noche.
Luego de una extendida plática con Naín sobre las aves de La Muralla y dónde encontrarlas, nos dispusimos a descansar finalmente, pues un día largo estaba por llegar. Luego de un pequeño percance con una gigantesca luciérnaga, todo mundo durmió. Sin embargo, la alarma diría que solo restaban 5 horas y 19 minutos para ser activada, avizorando una extenuante jornada.
Carretera Hacía El Díctamo
03:35, la alarma anunciaba un nuevo despertar. Se comenzó hirviendo algo de agua para el café traído de Siguatepeque por uno de los miembros del equipo. Sin mucho tiempo para platicar sobre cómo se durmió la noche anterior, el agua ya estaba lista para colar el café. Casi media taza para cada uno, si queremos ser exactos.
A medida que todo iba aclarando y nos podíamos ver las caras entre sí, comenzamos a notar mayor actividad de aves, sobretodo vocalizando sonidos con diferentes frecuencias y duraciones. Great Curassow (Crax rubra) con su casi inconspicuo llamado se hacía presente, junto con los diversos chillidos de Scaly-throated Foliage-gleaner (Anabacerthia variegaticeps) y vocalizaciones de Black-faced Antthrus (Formicarius analis), Crested Guan (Penelope purpurascens) y Spotted Woodcreeper (Xiphorhynchus erythropygius). No había duda de la buena forma con que se estaba iniciando.
Luego de varios minutos en un solo lugar, se tomó la decisión de avanzar a pie en la carretera que conduce a la comunidad de El Díctamo, para seguir aumentando la lista de especies. Y conforme se transitaba por la amplia y poco frecuentada calle de tierra, íbamos encontrando especies nuevas como Swallow-tailed Kite (Elanoides forficatus), Ruddy Foliage-gleaner (Clibanornis rubiginosus), Green-breasted Mountain-gem (Lampornis sybillae), y Spotted Wood-Quail (Odontophorus guttatus). El espíritu de documentar las especies no se perdió, siempre hubo tiempo para varias fotos y las grabaciones de sus cantos. Se tomó una desviación hacia la izquierda, que de ida significaba descender una pendiente bien angulada cerca de cafetales. Aquí el panorama era más abierto, pero con árboles de considerable tamaño y en uno de ellos, las Chestnut-headed Oropendolas (Psarocolius wagleri) anidaban con la presencia de algunos Giant Cowbirds (Molothrus oryzivorus), que a su vez, estaban a la expectativa para entrar a los nidos.
Alguien podría decir; “y si son de Tegucigalpa, ¿por qué se fueron a pajarear tan largo?”. Pues la respuesta es simple: Olancho lo tiene todo. Es el departamento número uno en aves y su extenso territorio lo avala. Con la no tan módica cantidad de 568 especies de aves registradas en eBird; y con el RVS La Muralla que cuenta con 319 especímenes reportados, siendo éste el mejor lugar para observar aves en Olancho y el cuarto en todo el país. Entonces, ¡claro que sí valía la pena viajar hasta estas tierras! Alrededor de 100 especies se lograron en este departamento.
A la hora que se inició el conteo rondaban los 17 °C, un par de hora más tarde, los 21°C hacen que olvidemos los suéteres y comencemos a
sudar. Ya de regreso al centro de visitantes, rápidamente comimos cosas ligeras como bananos, algún yogurt con galletas y al mismo tiempo empacamos las maletas para continuar el comino en dirección a La Unión.
De La Muralla a La Unión
Ya con las cosas dentro del vehículo, conducimos lentamente a pocos metros del centro de visitantes donde se suele observar Ornate Hawk-Eagle (Spizaetus ornatus), que a criterio de Naín, se reproducen con éxito cada año y las personas han aprendido a respetarlas. La calle hacia abajo era también muy prometedora, pero el tiempo apremiaba, así que decidimos no invertir mucho tiempo ahí, sin embargo, un Green Shrike-Vireo (Vireolanius pulchellus) nos entretuvo por algunos minutos. Es una especie de dosel que vocaliza fuerte, pero debido a su plumaje verde se confunde entre las hojas, a tal punto que nunca lo pudimos localizar. Aun así, se le grabó exitosamente.
Seguimos la calle en dirección a La Unión y nos percatamos que algunos incendios todavía continuaban encendidos y avanzando en los ya rematados bosques de pino. A casi 3 km de distancia del centro de visitantes, llegamos al punto de las Ocellated Quails (Cyrtonyx ocellatus), pero esta vez no aparecerían por ningún lado. No obstante, se lograron algunas especies de pino que posteriormente no volveríamos a ver.
De La Unión a Limones
Exactamente 1 hora con 17 minutos de recorrido, con una media de 48 km/hora, se sentía que el tramo era eterno y sin cambios en el paisaje, sumándole nubes de polvos por cada carro que pasaba y con un aire acondicionado poco convincente, el viaje se sentía desgastador, logrando dormir a uno que otro pasajero.
En este trayecto se hicieron varias listas incidentales de especies nuevas para la lista general, como Lesser Roadrunner (Geococcyx velox) cruzando la calle en veloz carrera y Northern Jacana (Jacana spinosa) en una pequeña laguna.
A las 12:40 se invirtieron al menos 16 minutos en almorzar en la gasolinera del desvío de Limones. Ahí justamente, agregamos otra especie al listado, el reconocido House Sparrow (Passer domesticus).
Fotografía 9. El almuerzo consistió en emparedados de jamón, queso amarillo y queso crema. Otros decidieron agregar algo de chile y algunos churros. Los chicharrones del día anterior, créanlo o no todavía existían, siendo comidos por algunos miembros del equipo. © Mayron McKewy Mejía.
Campamento Fish Ponds
El truco en este lugar era lograr conseguir especies acuáticas, las cuales se observaron, pero en números no tan altos. El Global Big Day 2018 estaba dedicado a aves playeras, por lo que no nos fuimos con las manos vacías en ese sentido; logrando contabilizar un Lesser Yellowlegs (Tringa flavipes). También se observó un solitario Black Tern (Chlidonias niger) con plumaje reproductivo, volando sobre las lagunas una y otra vez. Curiosamente en el Global Big Day del 14 de mayo de 2016, se observó un ejemplar de esta misma especie en estas mismas lagunas y con similar condición de plumaje. ¿Tal vez el mismo individuo?
Al final, y bajo la mirada curiosa del vigilante de las lagunas, se pudieron contabilizar 17 especies en total, siendo la mayoría nuevas para la lista patrón.
Un punto muy interesante de esta gira, es que se cubrieron especies de aves de la pendiente del Atlántico y Pacífico de Honduras. No otro grupo logró ese esfuerzo logístico. A eso de las 13:43 nos pasamos a la pendiente del Pacífico, para continuar midiendo el pulso a la diversidad aviar.
Reserva Privada Katías
Este significativo lugar se encuentra próximo al poblado de Cantaranas, por lo que la ruta para llegar aquí consistió en desviarse a través del municipio de Talanga. Las especies blanco para este sitio fueron Blue Bunting (Cyanocompsa parellina), Thicket Tinamou (Crypturellus cinnamomeus), White-lored Gnatcatcher (Polioptila albiloris) y Streak-backed Oriole (Icterus pustulatus).
Al llegar fuimos conducidos por un sendero que va muy próximo a una corriente de agua, donde según nuestro guía las aves por la tarde llegan a bañarse y tomar algo de agua debido al intenso calor. Habiendo pasado apenas cinco minutos y una pareja de Blue Bunting (Cyanocompsa parellina) se refrescaban en las cristalinas aguas. Dicho y hecho.
Se tomó el mismo sendero de regreso y fuimos sorprendidos por un enjambre de abejas revoloteando entre las flores de un Combretum sp. El zumbido de sus alas se podía escuchar a varios metros de distancia, pero era tanta la necesidad de pasar que tuvimos que hacerlo. Afortunadamente nadie fue afectado, ni los observadores ni las abejas. Pero claro, el temor no dejó opción alguna para lograr foto de ellas para que supieran de lo que estamos hablando.
Reflexionando de cómo fue todo el día siempre existen preguntas de si hicimos nuestro mayor esfuerzo o faltó un poco más. O también del porqué no encontramos algunas especies que suelen ser comunes. Siempre quedará ese sabor de que hicieron falta esta o la otra especie, y a la desesperada se pudo haber intentado, pero al caer la tarde las opciones de movilizarse eran menos pensadas.
Pero si consideramos que se recorrió 245 km, observando aves en ambas pendientes, con un casi dos docenas de grabaciones hechas y alrededor de 30 especies con fotos suministradas a eBird, y con un total de especies en equipo de 163 y 620 individuos, podemos asegurar que toda la experiencia fue exitosa y muy gratificante, pues las aves no solo mejoran las condiciones físicas de una persona, sino que también ejercita la mente con sus diversas variedades de especies.
Tanto así, que desde ya empezamos a pensar en nuevas rutas probables para el próximo año y al mismo tiempo exhortando a los demás observadores a que se animen y levanten el espíritu, pues el ser humano siempre está urgido de conocer y aprender cada día más y oportunidades como estas contribuyen al desarrollo de compañerismo y trabajo en equipo. Contribuir y proveer debe ser una práctica diaria y a través de herramientas como eBird nos motivan a que seamos científicos, descubridores, exploradores aunque sea por un día.
Algunos enlaces de interés:
https://www.relive.cc/view/1552037781
https://www.relive.cc/view/1552038586
https://www.relive.cc/view/1552035619#
https://ebird.org/view/checklist/S45359507
https://ebird.org/view/checklist/S45359545
https://ebird.org/view/checklist/S45359570
https://ebird.org/view/checklist/S45359686
https://ebird.org/view/checklist/S45359739
https://ebird.org/view/checklist/S45359759
https://ebird.org/view/checklist/S45359790
https://ebird.org/view/checklist/S45359811
https://ebird.org/view/checklist/S45359837
https://ebird.org/view/checklist/S45359864
https://ebird.org/view/checklist/S45359884